Persistir no erro. Ou o Feiticismo do Défice
Segundo Joseph Stiglitz:
Stiglitz no es precisamente optimista: "No hemos tomado el rumbo adecuado". Especialmente en Europa, donde algunos países se enfrentan a una peligrosa crisis fiscal. "Hay riesgo de ataque de los mercados si no se hace nada; pero hay otro riesgo aún mayor de caer en el fetichismo del déficit, que lleve a los Gobiernos a retirar estímulos y a subir impuestos antes de tiempo para evitar esos ataques: eso es muy peligroso porque puede ralentizar la economía y llevarla a una espiral complicada. Los ejemplos más claros son Argentina y los países del sureste asiático que siguieron los consejos del FMI a finales de los noventa; curiosamente, ahora el FMI recomienda lo contrario: mantener los estímulos y dejar las necesarias subidas de impuestos para más adelante
E ainda sobre Espanha e Portugal:
España, claro, está en esa tesitura. Y el Gobierno ha decidido subir el IVA en julio. "No hay solución fácil para España. Si no sube impuestos se expone a los ataques, pero es aún peor subirlos cuando la recuperación aún no ha llegado, porque puede provocar que el crecimiento se ralentice durante años, y eso no previene precisamente contra un futuro ataque especulativo", avisa. Si Grecia es Bear Stearns -el banco de inversión que fue rescatado-, la duda es quién puede ser Lehman Brothers, que quebró meses más tarde. ¿Tal vez España? "Quizá Portugal", dice Stiglitz. Y quizá la pieza sea aún mayor, "sobre todo si no aprendemos las lecciones de esta crisis y de las anteriores
Por fim, o erro, sempre o erro, hoje em nome de outras ortodoxias:
Stiglitz suele recurrir a la crisis asiática de los noventa como inspiración. Tailandia fue el primer gran país en caer. Los mercados apostaron entonces a que caería Indonesia: Indonesia cayó. Después pusieron en la diana a Corea: bingo. Hong Kong y Malaisia venían inmediatamente más tarde. "Esos dos países tomaron medidas y atacaron a quienes les atacaban: sufrieron, pero pudieron con los especuladores. Esa es la lección que debe aprender Europa. Y esa es la mayor decepción de esta crisis: no hay solidaridad
In El País
Stiglitz no es precisamente optimista: "No hemos tomado el rumbo adecuado". Especialmente en Europa, donde algunos países se enfrentan a una peligrosa crisis fiscal. "Hay riesgo de ataque de los mercados si no se hace nada; pero hay otro riesgo aún mayor de caer en el fetichismo del déficit, que lleve a los Gobiernos a retirar estímulos y a subir impuestos antes de tiempo para evitar esos ataques: eso es muy peligroso porque puede ralentizar la economía y llevarla a una espiral complicada. Los ejemplos más claros son Argentina y los países del sureste asiático que siguieron los consejos del FMI a finales de los noventa; curiosamente, ahora el FMI recomienda lo contrario: mantener los estímulos y dejar las necesarias subidas de impuestos para más adelante
E ainda sobre Espanha e Portugal:
España, claro, está en esa tesitura. Y el Gobierno ha decidido subir el IVA en julio. "No hay solución fácil para España. Si no sube impuestos se expone a los ataques, pero es aún peor subirlos cuando la recuperación aún no ha llegado, porque puede provocar que el crecimiento se ralentice durante años, y eso no previene precisamente contra un futuro ataque especulativo", avisa. Si Grecia es Bear Stearns -el banco de inversión que fue rescatado-, la duda es quién puede ser Lehman Brothers, que quebró meses más tarde. ¿Tal vez España? "Quizá Portugal", dice Stiglitz. Y quizá la pieza sea aún mayor, "sobre todo si no aprendemos las lecciones de esta crisis y de las anteriores
Por fim, o erro, sempre o erro, hoje em nome de outras ortodoxias:
Stiglitz suele recurrir a la crisis asiática de los noventa como inspiración. Tailandia fue el primer gran país en caer. Los mercados apostaron entonces a que caería Indonesia: Indonesia cayó. Después pusieron en la diana a Corea: bingo. Hong Kong y Malaisia venían inmediatamente más tarde. "Esos dos países tomaron medidas y atacaron a quienes les atacaban: sufrieron, pero pudieron con los especuladores. Esa es la lección que debe aprender Europa. Y esa es la mayor decepción de esta crisis: no hay solidaridad
In El País