Despedimentos em Cuba
Há quem diga que nós vivemos em estado de negação, o que, a avaliar pelo alinhamento dos telejornais e até da nossa imprensa dita de referência, é bem capaz de não andar muito longe da verdade.
Tudo isto a propósito da tormenta que se prepara para se abater sobre o nosso país,não assim há muito tempo visto como um oásis perene.
A crise é global e nem a Cuba socialista lhe escapa. A ser verdade esta notícia do jornal El Pais, o regime dos irmãos Castro prepara-se para despedir cerca de um milhão de trabalhadores estatais, uma receita clássica, tão do agrado dos neo-liberais. Para a sintonia ser perfeita, basta tão-só substituir a palavra trabalhador por colaborador.
Un trabajador cubano dormita sobre una carretilla... Otro, sentado en un pedrusco, se limpia las uñas con un alambre. Sólo un tercero da unos golpes de cincel en un murete, tampoco demasiados. La escena es de ayer mismo, y esta brigada estatal que trabaja a las afueras de La Habana es representativa de lo que sucede en todo el país; en la Cuba socialista uno puede comer en una cafetería de 10 mesas atendida por 20 empleados, hay empresas con tantos inspectores y vigilantes como obreros y la plantilla nacional de dirigentes supera las 380.000 personas, casi un 9% de los trabajadores estatales.
Raúl Castro lo admitió hace tiempo: los salarios no alcanzan. Obviamente, ganar el equivalente a 15 euros al mes no estimula la productividad, pero el problema de las plantillas infladas no es menos grave. El 4 de abril, el presidente cubano reconoció que en el sector estatal sobran un millón de puestos de trabajo. Una barbaridad; esto representa uno de cada cuatro cubanos que trabaja para el Estado.
In El Pais
PS. Não nos esqueçamos que Raúl Castro é admirador das reformas chinesas. Ora, a China de hoje é capitalismo puro e duro, fazendo parecer os Estados Unidos uma mera manifestação benigna desse formidável modo de produção. É por isso que os nossos neoliberais gostam cada vez mais da China. E cada vez menos dos Estados Unidos e da Europa. Não é de admirar que o mesmo aconteça com Cuba (é só esperar pela morte de Fidel, que ainda vai refreando os ímpetos do irmão).
Tudo isto a propósito da tormenta que se prepara para se abater sobre o nosso país,não assim há muito tempo visto como um oásis perene.
A crise é global e nem a Cuba socialista lhe escapa. A ser verdade esta notícia do jornal El Pais, o regime dos irmãos Castro prepara-se para despedir cerca de um milhão de trabalhadores estatais, uma receita clássica, tão do agrado dos neo-liberais. Para a sintonia ser perfeita, basta tão-só substituir a palavra trabalhador por colaborador.
Un trabajador cubano dormita sobre una carretilla... Otro, sentado en un pedrusco, se limpia las uñas con un alambre. Sólo un tercero da unos golpes de cincel en un murete, tampoco demasiados. La escena es de ayer mismo, y esta brigada estatal que trabaja a las afueras de La Habana es representativa de lo que sucede en todo el país; en la Cuba socialista uno puede comer en una cafetería de 10 mesas atendida por 20 empleados, hay empresas con tantos inspectores y vigilantes como obreros y la plantilla nacional de dirigentes supera las 380.000 personas, casi un 9% de los trabajadores estatales.
Raúl Castro lo admitió hace tiempo: los salarios no alcanzan. Obviamente, ganar el equivalente a 15 euros al mes no estimula la productividad, pero el problema de las plantillas infladas no es menos grave. El 4 de abril, el presidente cubano reconoció que en el sector estatal sobran un millón de puestos de trabajo. Una barbaridad; esto representa uno de cada cuatro cubanos que trabaja para el Estado.
In El Pais
PS. Não nos esqueçamos que Raúl Castro é admirador das reformas chinesas. Ora, a China de hoje é capitalismo puro e duro, fazendo parecer os Estados Unidos uma mera manifestação benigna desse formidável modo de produção. É por isso que os nossos neoliberais gostam cada vez mais da China. E cada vez menos dos Estados Unidos e da Europa. Não é de admirar que o mesmo aconteça com Cuba (é só esperar pela morte de Fidel, que ainda vai refreando os ímpetos do irmão).